Conversando con Rodolfo Garrido:

Autor de la mejor versión apócrifa de Terminator que encontrarás

  • LA INSPIRACIÓN SURGIÓ ENTRE UN VIDEO CLUB Y EL PASEO AHUMADA

Viva VHS: ¿De dónde surge tu interés por hacer una película?

Rodolfo Garrido: Bueno, a mí siempre me han gustado las películas.  Cuando recién salió el tema del betamax, yo arrendaba películas. Vivía en lo que es ahora Lo Espejo, en esos años, me pegaba el pique al Muricy que estaba en el Parque Arauco a arrendar películas. Y antes los arriendos eran por 24 horas.

Creo que la historia del Guatarnator parte en la entrada del Banco Chile al ver a los Atletas de la Risa.

Había visto su primera película [Hotel a la Calle (1991)] a la que no le fue muy bien. Porque no sé, algo sentía que le faltaba, quizás un contexto, una historia. Me acuerdo que vine un día hablar con ellos y les propuse hacer una película nosotros. Entonces nos juntamos en mi casa, con el Pato, el Chino y el Guatón, donde se me ocurrió inventar un nombre para la película y dije ya, vamos a hacer una sátira, o sea una parodia, que fue Volver al Paseo Ahumada.

RG: De hecho, en el Volver al Paseo Ahumada yo aparezco ahí en unos pasajes, como de relleno. Diseñé el logo en papel, lo mandamos a hacer a un tipo que lo hizo con papel lustre.

Vinimos a sacar una foto, de hecho, en esa época no teníamos acceso al Photoshop, entonces vinimos a sacar unas fotos un día domingo, ellos se consiguieron ropa en una tienda americana. Vinimos a sacar las fotos en un auto de un amigo en el paseo ahumada, y subimos el auto ahí y les decía ‘salgan más o menos parecidos a la foto de Volver al Futuro, con el teléfono, los tres así’. En esa época los celulares eran unos ladrillos y yo hice unos libretos basados en varias escenas de una serie que daban, no me acuerdo en qué canal la daban, pero era una serie que se llamaba Cuatro locos en el set, que parece que era de la BBC, algo así. Yo la encontraba genial, era un humor bien especial. Y de ahí saqué varias cosas, que usamos en Volver al Paseo Ahumada y bueno ese video fue un éxito.

VV: ¿Al parecer a la película le fue muy bien? Porque hoy es toda una saga, creo que se quedaron en la 13.

RG: Se vendía mucho y en esos años se vendían en 15 lucas la copia. O sea 15 lucas en esos años, estamos hablando de 50 lucas de ahora. Y era impresionante.

[También le dimos a los Atletas] unas 100 copias cada uno, por ejemplo. Y cada uno partió a vender. Nosotros siempre les hicimos ver que tantas lucas no habían. Ellos aparte andaban vendiendo sus películas, llegaban y se las compraban al tiro, y eso que no eran tan conocidos como lo son ahora.

Ahí tuvimos también unas peleas, porque la película estuvo editada por dos sellos, uno que era socio mío, que puso las lucas, se quiso quedar con la película. Los productores me pasaron una copia a mí, porque en el fondo era el de la idea. Bueno, al final quedaron dos versiones. Una que era Jaise Producciones, que era Jaime Serrano, que habíamos sido socios. Y otra que era yo, Rental Home Video.

Entonces el que llegaba primero la vendía. Me acuerdo que hice unas publicaciones en una revista que se llamaba Video para usted y había otra que se llamaba Videograma.

  • GUATARNATOR VERSUS DICOM

Rodolfo Garrido trae directo a las estanterías de los videoclubes nacionales su versión paródica de Terminator 2 (1991), donde Juan Konor, un mujeriego y endeudado joven chileno, que pasa sus tardes en los juegos Diana, será el líder de una rebelión contra una empresa que se dedica a iniciar juicios contra los deudores de bancos y casas comerciales, embargando sus bienes y dejándolos en la calle.

La empresa dueña de los boletines comerciales, envía al robot TKG para asesinar al futuro liberador de la humanidad, sin embargo, la resistencia logra mandar a esa línea de tiempo a una maquina para protegerlo. ¿Quién lo encontrará primero?

VV: ¿»Guatarnator 2″ es porque hay una primera parte? 

RG: No

VV: ¿Por qué partir por la segunda?

Es que Terminator 2 era mejor, y me gustaba más.

VV: ¿Cómo se comienza a armar la película?

RG: Me quedé con una espina clavada, de hacer una producción, pero que no tuviese el atado que tuve. Bueno, a todo esto, fui al cine a ver Terminator y quedé impresionado, con la producción y la música.

El desafío era grande, pero yo no quería hacer algo tan cómico. Porque yo no tenía humoristas de la talla de los Atletas de la Risa, entonces dije “voy hacer algo más de parodia”. Me encantaba ver estas películas y como me había gustado Space Balls, terminé inspirándome en ella.

RG: Conversé con el guatón de los Atletas, porque yo quería que él fuera el Guatarnator.

Entonces quería hacer una como Terminator, y ahí conversé con el Guatón, pero decía ‘no es que los chiquillos me van a webiar, porque somos un equipo’, entonces yo le dije que filo, si yo te entiendo. A mí me interesaba el Guatón, yo siempre he encontrado que el alma de Los Atletas era el guatón.

VV: ¿Y los demás de dónde salen?

RG: Hice un casting, o sea casting entre comillas, puse avisos en los diarios «Se necesita un guatón”, gente guatona para una película, así textual me acuerdo. No sé si en Las Últimas o en el Mercurio. Pero era aviso de trabajo, o sea imagínate.

Tengo que haber puesto el guatón y el personaje paralelo, que era el TKG. Porque dije el Juan Connor lo voy hacer yo, en esa época estaba cabro. Ahora, considero que estoy menos cagado que el original.

Ahí me acuerdo que empezamos hacer el casting, y me puse hacer los libretos, porque la idea era hacer una parodia, que fuera en algo relacionado (con la original). Dije DICOM, no podía llamarse así, entonces le puse Infocom, que significaba informes comerciales. Entonces, empecé a adaptar la historia, que venía del futuro a matar Connor, que iba a evitar que se inventaran los informes comerciales.

Entonces el Guatón me venía a salvar y el otro venía a matarme, porque si me mataba los informes comerciales, y ahí había un weón que los crea. Lo hacíamos parecer como que Juan Connor era más bien irresponsable, era mujeriego, que tenía a la cabra embarazada y andaba hueviando en los juegos, y andaba pa´arriba y pa´ abajo con minas. Era un poco eso. Y se metía en créditos comerciales.

Rodolfo: Pero yo no me acuerdo, yo cuento que me había casado con una mina, y que ella me exigía weás pa´ la casa. Me acuerdo que en esos años daban un comercial de una financiera que decía ‘yo no me movía de mi escritorio’.

VV: Sí, la Condell.

RG: Y yo decía yo no me moví de mi escritorio y todas esas weás. Entonces, se supone que este policía venía a matarme a mí, y este guatón venía a salvarme, que era un poco paralelo a la historia.

VV: ¿Más o menos el presupuesto cuánto fue?

RG: Puta, yo creo que en plata de ahora, deben haber sido un par de palos.

Para los años que lo hicimos y con los recursos que se hizo, que eran prácticamente las platas de los arriendos de los videos, yo iba bicicleteando las lucas. Yo les decía aquí a los actores que en el fondo es más que nada es una experiencia.

VV: ¿Cómo se arma el equipo técnico?

RG: Contraté una empresa, que se llamaba Video Oceanía, me proporcionaron las cámaras, una grabación tenías que hacerla en U-matic.

Yo me acuerdo que busqué opciones y esa fue la que yo sentí que era la más profesional, ellos me armaron un paquete completo. La productora me pasó el camarógrafo, el sonidista y el director. Porque tampoco te iban a pasar cámaras, así como así.

  • CONFLICTO EN EL SET, GENTE MIRANDO A LA CÁMARA Y SOSPECHOSA DE TERRORISMO 

VV: ¿Cómo fue tu relación con el que dirigía tu material?

RG: El director, que era un excéntrico culiao, yo no lo elegí, esa fue una de las condiciones de la empresa que me pasó las cámaras. Me dijeron ‘ya, él va a ser el director’. En el fondo, ellos eran los únicos que podían manipular la cámara.

El weon era tan chiflado, se llamaba Jaime Aros, y se ponía Jaime Aros marca registrada poh weón. Yo decía y a este conchetumare quién le va a copiar el nombre. El weón se ponía Jaime Aros MR (en chico). Y así lo exigió.

Entonces, tratamos de grabar y le dije al director, porque rabiaba, tuvimos muchos choques, de verdad fue muy tortuosa la grabación. Incluso este weón del director, en algún momento me acuerdo que empezó como a meterle mierda a los actores y este weón del guatón me renunció.

¿En qué se nota que el director fue maricón? Porque él me decía no te matis’ corriendo en bicicleta, anda nomás tranquilo, porque nosotros vamos a apurar la cámara, entonces esta weá se va a ver como una persecución y la weá quedó mal, así como que yo iba paseando y atrás venía el auto policial.

VV: A pesar de eso, ¿cómo lo pasaste en el rodaje?

Llegó un momento en el cual ya la relación era muy tirante, el Guatón me renunció a mitad de la película.

VV: Se creyó estrella.

RG: Y le tuve que mostrar las condiciones de plata, porque hicimos unos contratos, pero no sé, el weón renunció nomás.

VV: ¿Pero por qué?

RG: Porque le llenaron la cabeza de weás, “que tú tenís que pedir más”.

VV: Ah se creyó el cuento.

RG: Fue muy mala onda lo que yo pasé con la película en algunos momentos. Y porque el tipo era muy desagradable, el director. Créeme que yo me aguanté no pegarle un combo en el hocico, pero qué iba a hacer.

VV: Ah era complicada, porque uno ve las escenas postcréditos, que ponen los bloopers, todos cagados de la risa, yo pensé que eran amigos. De hecho, hay una parte que el TKG dice ‘las weás que tengo que hacer por plata’.

RG: Pero fíjate que ese cabro, TKG, el Mauricio, era súper simpático. Porque siempre lo webiaban, nosotros grabábamos de largo, no había almuerzo, nada, y después cada uno pa’ su casa. No había catering, no existían esas weás. Entonces, por eso decía ‘a qué hora almorzamos’.

VV: ¿Cuánto tiempo grabaron?

RG: Me parece que grabamos como quince días.

VV: Harto.

RG: Sí, porque muchas veces no podíamos hacer una escena porque grabábamos en invierno y después se ponía a llover.

VV: Hay mucha ciudad en la película. Aparece la Plaza de Armas, galería Merced, casi todo el centro, creo que grabaste todo en el centro, hay solo una parte en Providencia.

RG: Claro, ahí en el Giratorio. Casi todo lo hicimos por canje, que nos prestaran los Diana también. En los juegos Diana pedí que la gente se quedara.  

Es que de hecho dijimos ‘oye sabes que vamos a grabar, ¿quieren participar? Pero tienen que tratar de actuar lo más normal posible. Y nos preguntaron ¿qué es esto? Una película.’ Y cuando decías esto la gente decía ‘wow’. Y les decíamos que esto iba a los videoclubes.

Hay muchos que miran a la cámara, pero eso también es parte de.

VV: ¿Y en la calle como te tocó el rodaje?

RG: Hay una escena en donde el policía va a buscar el cabro chico y le dicen que no está y se pitea a la cabra, en el fondo esto era lo mismo, hicimos que la vieja desapareciera y luego desaparece este caballero. Entonces, se supone que yo llamo por teléfono a la casa, a la suegra y ahí estamos grabando en un teléfono público. Que era supuestamente cuando John Connor botaba todas las monedas. Esa escena tuvimos que grabarla unas cuatro veces.

VV: Claro, porque había gente al lado.

RG: Claro, no había caso. Y le decíamos a la gente y era peor, y más gente se sumaba.

Decimos puta se murió la vieja culía y todos ‘waaa’, se cagan de la risa, entonces dije bueno, dejémoslo así.

VV: ¿Cómo trabajaron las persecuciones?

RG: Lo que daríamos por tener ese auto ahora. El dueño del auto tenía una tienda de disfraces, además de ser pirata en Mundo Mágico. Creo que se murió el 2015.

Prieto, ese tipo se murió, era como esos tipos que te inyectan positivismo.  No me acuerdo bien el nombre, y fue famoso porque era uno de los piratas del Mundo Mágico. Prestó su auto y lo pintó con látex, con pintura al agua, y él pasó el auto.

Era un webeo andar con ese auto, se calentaba, había que esperar que se enfriará.

Bueno, una de las anécdotas que nos pasó, fue que un día, después que grabamos la escena de la llamada telefónica de la suegra, cuando estaba toda la gente en el Paseo Ahumada, ahí terminamos de grabar. Nos vamos a la oficina, porque teníamos una oficina en Merced, en esos años, y vamos a la oficina y nos juntamos todos. Y este guatón se fue en la motoneta y esto habrá sido, como era invierno, mmm habrá sido como a las ocho-nueve que terminamos de grabar y eran las diez, diez y media y este weón no llegaba. Y nos fuimos, todos se fueron. Y me fui poh. Y después como a las doce de la noche me llaman por teléfono, contesto y me dicen:

-Buenas noches, ¿Don Rodolfo Garrido?

-Sí, dígame.

-Mire, estamos llamando desde carabineros, la primera comisaría de Carabineros.

-Ya

-Usted conoce a un señor que se llama Cristián Parente, que es actor, que trabaja con ustedes.

-Sí, ¿por qué?

-Acá lo fiscalizamos.

Claro, lo deben haber visto con la corrida de balas y con el armamento, además las balas eran de verdad. Eran balas de fúsil, que las prestó este weón de los disfraces. Entonces este weón estaba preso por eso.

Tuve que ir yo a la comisaría, y le tuve que explicar que estábamos grabando una película. El paco me acuerdo que me dijo uno no sabe, dijo, porque acá uno ve gente que puede ser terrorista.

VV: Sobre eso, hay varias escenas donde el protagonista está arriba la Lambretta con un rifle, pero obviamente me imagino que no pediste permiso a nadie.

RG: Hay una escena en donde lo paró un paco.

VV: En Merced, cuando está en la moto, disparando, y en esa época andar disparando en la calle tenía un significado distinto al de hoy.

RG: De hecho, cuando nosotros estábamos grabando esa escena en el Parque O’Higgins, la persecución en donde atropellan la bicicleta, se ve al final que hay unos pacos parados al fondo, que están cortando la calle, y eso pasó porque nosotros estamos grabando y dijimos ‘no, qué vamos andar pidiendo permiso’. Y llegaron los pacos, y como el auto decía «Police» y llegaron como cinco furgones, pacos con casco, metralleta, todo.

No y aparte que recién había cambiado el gobierno entonces, todavía habían actos subversivos, había pasado lo de Johnny 100 pesos, entonces estaban todos medios saltones.

Y ahí también me tocó ir a la comisaría y explicar, que estábamos haciendo una película. Yo tenía un amigo que era mayor de carabineros, que era el jefe de comunicaciones, entonces le dije “sabe, que estábamos haciendo eso (la película)” y me dijo que iba a llamar para que nos fueran a cuidar y ayudar en todo.

VV: Sobre el efecto más importante que tiene Terminator, ese donde vemos el metal líquido del que está hecho el T-1000, ¿cómo hiciste ese efecto?

RG: Yo me preguntaba “¿Cómo mierda iba a hacer ese efecto?” Lee decía al director, mira si esta weá se hace con cortar y el momento de que justo el weón se eche para atrás, entonces se va haciendo así. Me acuerdo que un día estaba en la casa de mi mamá y ella andaba con unas L’eggs (envase de pantis) y veo el huevito, veo como el fondo y digo esta weá debe ser. Pero y cómo lo hacemos para…Y como era rápida la escena, sipo, aunque yo siempre dije que no se notaba mucho, pero claro, después con el tiempo se notó.

  • AUTÓGRAFOS, GIRAS Y ESTRENO EN CINE

VV: ¿Qué vino después? ¿Cómo lograste vender la película?

RG: Bueno, eso fue la parte de la producción, de la grabación y después cuando se hizo la película yo igual estaba como asustado, porque ahí igual se invirtió la plata y uno no sabía qué reacciones habría. A mí lo que me interesaba era que los videos se vendieran. Hicimos el lanzamiento, me puse hacer los posters de Guatarnator antes. La gente en los videoclubs ponía los afiches de las películas que iban a llegar, entonces la gente preguntaba cuándo llegaba cada película. En esa época la hegemonía la tenía Video Chile.

VV: Pero había un pequeño espacio, en este tiempo, el 92´.

RG: Pero las películas chilenas, gracias al Che Copete, gracias al Paseo Ahumada, es decir, la gente buscaba cosas de Chile. Entonces nosotros mandamos los afiches cuando recién empezamos a grabar la película. Entonces la gente se creó una expectativa, y preguntaba ¡¿Cuándo!?

Entonces cuando lanzamos la película, tenía, por ponerte, 500 copias pedidas. Y antes se usaba mucho, yo tenía vendedores zonales, uno iba al sur, el otro iba al norte, el otro iba a la quinta región. Y como conocía a muchos vendedores que me iban a visitar a mí, porque me vendían de VideoChile, les ofrecí que fueran mis pituteros y pitutearan con la película.

Entonces el mismo vendedor ganaba una comisión aparte. Entonces, tenían de VideoChile y esta otra película. Y así metimos la película. Y era tal el extremo, que estuvo en el cine y en los Blockbuster.

VV: ¿Estuvo en el cine?

RG: Era una weá de acá, que después fue Showcase. Sí poh, si estuvo en el cine. Pero si tú buscaí… Yo estoy seguro, de hecho, he estado por ir a la Biblioteca Nacional, pero estoy seguro que por ahí por septiembre, entre los meses de octubre y noviembre tiene que haberse dado en cine. Y de hecho salió como publicidad en Las Últimas Noticias.

VV: O sea le fue bien, súper bien con la película.

RG: Yo no sé cuánto tiempo estuvo en el cine. Yo me acuerdo que le dije al tipo del cine, mira la verdad yo no te voy a cobrar, pero sí me interesa porque se difunda la película.

VV: Mientras tanto, ¿qué pasaba en los videoclubes?  

RG: Yo le decía esto a los dueños de los videoclubs: “Bueno ya, si tú me compras 10 copias o 15 copias, nosotros vamos un día x y firmamos autógrafos. Y fuimos a varios videoclubes. Entonces, se empezaba con tiempo la promoción, van a venir los actores de Guatarnator, Juan Connor. Llevé a mi primo, al Avispado, recuerdo al Pietro, y el que murió, también fue. Y el gancho era el auto. Entonces me acuerdo que llegábamos, bueno yo iba con mi auto en esa época y estaba toda la gente en el videoclub, pero lleno de cabros chicos. Este que murió era el que animaba, y decía «Llega Juan Connor y el oficial».

Para ser eso años, le sacamos harto jugo a la película.

VV: O sea la película circuló. ¿Tú crees que unas 1000 copias fácilmente?

RG: Si estuvo en los Blockbuster eso significa que estuvo en todo Chile, si los Blockbuster me compraron, puta no sé cuántas copias, pero era mucha plata.

LA VIDA DESPUÉS DE GUATARNATOR: AERÓBICOS DE CINDY CRAWFORD Y UN POLICIAL FALLIDO.

VV: ¿Qué te pareció el resultado de la película?

RG: La verdad que cuando la vi y todo, por televisión, estaba super desmotivado, porque no le tenía mucha fe a la película, porque sentía que uno no se reía. Pero al final la gente entendió un poco la idea, más que una película divertida, no era ni el Che Copete, sino que era una parodia, una sátira de una película, y a la chilena.

Pasaron muchos años y yo no la vi, de hecho, no la tenía. Y me acuerdo que un día un amigo me dice “oye sabis que en el Blockbuster de no sé Bilbao, vi la película Guatarnator, ahí la están arrendando”. Y partí para allá y le dije (al vendedor) “oye sabis’ quiero que me vendas esa película”, viste que un tiempo Blockbuster estuvo liquidando películas, entonces, me dijo que sí y le pregunté si era la única que tenía. El problema que Blockbuster todo lo venía con esas cajas, esas carátulas blancas con el logo de la tienda, y decía el título, pero no te vendían la carátula original, porque ellos ponían la carátula de muestra.

Yo no me quedé con nada de eso, con nada.

VV: Y si te fue bien, ¿no pensaste en hacerlo de nuevo? ¿O si hiciste otra cosa?

RG: Seguí con un sello propio, después tuvimos un poquito de tiempo con Rental Home, después traje un par de cosas más. Fui a Estados Unidos y compré los derechos del video de gimnasia de la Cindy Crawford, y ahí hice una alianza con Revlon y empecé a vender. Iba a ¿Cuánto vale el show? y le regalaba los videos a las chicas que participaban en la competencia de la chica del verano en el programa y me mencionaban ahí. Además senía el primer sistema de delivery, cuando no existía, que era el telematic. Se compraba una línea telefónica, entonces la gente llamaba y dejaba mensajes y tú tenías que recuperar los teléfonos como con un control remoto, en donde tú marcabas los tonos en el teléfono, podías acceder a una clave y ahí empezabas a escuchar el mensaje, como «Hola, yo me llamo Ana y me gustaría comprar un video. Llámenme al número tanto tanto». Y yo llamaba después y decía que tenía el video y se lo íbamos a dejar.

VV: Y si te fue bien entonces, ¿no quisiste hace otra película? ¿Quedaste con una mala experiencia? 

RG: Después quise hacer una película, un policial. Porque pensaba que nunca se había hecho un policial en el país. Lo más cercano al policial era Johnny 100 Pesos, pero era basada en un hecho real. Pero yo quería hacer una serie sobre cómo realmente era la PDI, porque estuve ahí. De hecho, hasta el día de hoy nunca han mostrado cómo es realmente la onda de la PDI. 

Estaba remotivado, de hecho fui hablar a la institución y les dije que quería hacer una película, y cuando les pasé el presupuesto como que se rieron un poco, porque era muy poca plata. 

VV: ¿Tenías el guion? 

RG: Estaba trabajando en el guion, de hecho, yo iba a ser uno de los policías y empiezan a dar una publicidad de una serie nueva que iban a pasar, que era Mea Culpa. Y pensé ‘me cagaron la idea’. Porque no sabía de qué se trataba realmente, pero pensaba que eran series policiales, pero así como desarrolladas como Miami Vice, Kojak. Ahí me desmotivé y traté de buscar otras cosas. 

El 96´ volví al ruedo, me asocié con un amigo e hicimos Manga Video.

VV: Pero esa es otra historia

VIVA VHS! Santiago, enero, 2022.

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